Análisis de Hot Wheels Let’s Race: Ultimate Speed

Imagen promocional de Hot Wheels Let’s Race: Ultimate Speed con varios coches compitiendo

Puede sonar raro, pero la serie infantil Hot Wheels Let’s Race es una de las más reclamadas en el catalogo de Netflix. Una serie que combina competición, amistad y acrobacias imposibles con el colorido universo de los emblemáticos coches de Mattel. Y ahora nos llega su salto al videojuego, que apuesta sin rodeos por un enfoque infantil, sin competir directamente con títulos de mas peso como Mario Kart o los recientes Hot Wheels Unleashed (juegazos, por cierto). Su ambición es otra: ofrecer carreras rápidas, accesibles y reconocibles para quienes siguen la serie o coleccionan los vehículos de juguete.

$ads={1} 

La premisa es sencilla: escoger uno de los seis protagonistas del programa, elegir coche, decorar mínimamente el conjunto y lanzarse a una campaña que combina carreras tradicionales con enfrentamientos contra enormes jefes inspirados en el universo de Hot Wheels. El ritmo es ágil, aunque la profundidad es limitada.

Captura de gameplay de Hot Wheels Let’s Race: Ultimate Speed mostrando un coche derrapando

El manejo es muy particular y por desgracia requiere acostumbrarse. Para un público infantil esto es un arma de doble filo. Por un lado, chocar apenas penaliza, lo que evita frustraciones innecesarias. Por otro, ciertos tramos estrechos y rebotes bruscos contra las paredes pueden resultar incómodos incluso para adultos con experiencia.

El sistema de derrapes es vital para competir con fluidez, pero el juego lo explica pobremente. Lo mismo ocurre con las acrobacias aéreas, que sirven para rellenar el turbo. La curva de aprendizaje termina siendo menos clara de lo que debería en un título dirigido a jugadores jóvenes.

Captura de Hot Wheels Let’s Race: Ultimate Speed con un coche derrapando en una curva

El modo campaña presenta 12 eventos con la aparición ocasional de jefes gigantes que aportan algo de variedad, aunque sus mecánicas resultan simples y acaba siendo repetitivo. Existen copas, carreras libres, pruebas de velocidad y un editor de pistas algo limitado pero divertido en compañía, ya que los circuitos creados pueden usarse en multijugador local.

Y aquí es donde nos encontramos con uno de los mayores recortes: no hay modo online, algo que reduce la vida útil del juego. Por suerte, la experiencia a pantalla partida (hasta cuatro jugadores) sí funciona bien y será el punto fuerte en familias con varios pequeños en casa.

Captura de Hot Wheels Let’s Race: Ultimate Speed mostrando una carrera contra un jefe con forma de cobra

Visualmente, el juego replica sin problemas la estética colorida de la animación de Netflix. Los vehículos son reconocibles, los escenarios cumplen y la sensación de velocidad está muy lograda. Las cinemáticas son breves y a menudo apenas contienen líneas de diálogo. No es problema, el juego nos llega con textos en castellano.

Hot Wheels Let’s Race: Ultimate Speed cumple como puerta de entrada a los juegos de conducción para peques aficionados a la serie o a los coches de Mattel. Divierte a corto plazo y brilla especialmente en multijugador local, pero su manejo irregular, la ausencia de online y su escasa dificultad lo dejan lejos de convertirse en un referente del género.

Lo mejor:
Fidelidad visual a la serie
Contenido variado para un público infantil
Editor de pistas y multijugador local
Lo peor:
Sistema de control algo brusco
Falta de juego online
Dificultad muy baja
68 /100

*Este análisis se ha realizado gracias a un código de descarga para Nintendo Switch 2 que nos ha proporcionado los chicos de Meridiem Games.

Nintendo Acción

Nintendo Acción es un pequeño blog que intenta homenajear a una de las revistas más queridas por los nintenderos.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Formulario de contacto