Tras años de dominio indiscutible de Mario Kart 8 Deluxe, Nintendo regresa al circuito con Mario Kart World, un título que no solo reinventa la fórmula clásica, sino que amplía sus horizontes en todos los sentidos. Hablamos de un juego más grande, más rápido y más social, diseñado para aprovechar al máximo la potencia de Nintendo Switch 2. Y créenos que la evolución eso se nota desde la primera carrera.
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Lo primero que salta a la vista es la magnitud del proyecto: 24 corredores simultáneos, circuitos con múltiples ramificaciones y un apartado gráfico que brilla gracias al nuevo hardware disponible. Las físicas se sienten más refinadas y la jugabilidad ha ganado profundidad gracias a nuevas mecánicas como los saltos cargados, el 'wall ride' y el 'grindeo' sobre los carriles. Estas técnicas no solo añaden espectacularidad, sino que definen una clara curva de aprendizaje para jugadores que quieran dominar cada atajo y tramo.
Si bien la base sigue siendo reconocible, Mario Kart World introduce ideas que lo separan de sus predecesores sin perder su esencia. Esta entrega no es un simple refinamiento: es una reinvención calculada y diseñada meticulosamente.
Una de las grandes novedades es el modo Supervivencia, que redefine la tensión en cada carrera. Comenzando con 24 jugadores, se van eliminando los últimos clasificados en cada punto de control hasta que solo uno queda en pie. La presión constante y el ritmo vertiginoso convierten esta modalidad en una de las más adictivas del juego. Ideal para los que buscan ese subidón competitivo, tanto en solitario como en el multijugador online. Todo un acierto.
El modo Libre nos invita a recorrer un gran mundo abierto que conecta todas las pistas del juego. Aquí se pueden recolectar objetos, desbloquear trajes, completar desafíos y activar una serie de interruptores que revelan desafíos y esconden nuevos secretos. Aunque la propuesta es ambiciosa, en la práctica, este mundo se siente algo vacío en varias zonas, con momentos de transición que pueden ralentizar el ritmo general.
Eso sí, la mini-mapa dinámica y la coherencia geográfica entre circuitos permiten que esta modalidad funcione como un excelente centro de operaciones para explorar rutas y practicar técnicas.
Otro de los grandes aciertos, y seña de identidad de la saga, es su robusto sistema multijugador, tanto local como en línea. Las carreras a 24 jugadores fluyen con sorprendente estabilidad, incluso en pantalla dividida. Nintendo ha apostado por una experiencia más social: ahora podemos ver las reacciones de nuestros amigos en tiempo real gracias a la cámara de la Switch 2. Esta función, junto al completísimo modo foto, refuerza la faceta creativa y viral del título.
Con más de 100 personajes y centenares de objetos por descubrir, Mario Kart World ofrece una rejugabilidad casi infinita. Algunos personajes se desbloquean completando desafíos o recogiendo comida rápida en el mundo abierto, mientras que otros requieren trajes especiales para ser activados. El regreso de clásicos como el Caco Gazapo o la inclusión de personajes como la vaca o el pingüino aportan un toque simpático y divertido al elenco.
No obstante, se echan en falta ciertos personajes icónicos como Diddy Kong o Link, lo cual apunta a futuras actualizaciones que ampliarán el contenido. Tampoco incluye de salida el modo 200cc, ni algunos modos de batalla clásicos Ya sabéis, seguramente habrá que pasar por caja.
En términos visuales y sonoros, Mario Kart World es posiblemente el juego más espectacular de la franquicia. El nuevo motor gráfico brilla especialmente en los detalles de los circuitos, con una dirección artística algo más cartoon que moderniza sin perder identidad. La banda sonora, por su parte, sorprende con versiones actualizadas de los temas clásicos, manteniendo una mezcla deliciosa de jazz, rock y electrónica.
El rendimiento general es impecable, aunque el uso de la cámara y el modo a pantalla partida puede generar ligeros tirones en momentos muy específicos. Nada grave.
Mario Kart World es un título que marca un antes y un después en la saga. No solo por su escala y ambición, sino por cómo ha logrado modernizar una fórmula casi perfecta sin romperla. Si bien tiene aspectos por pulir, como el modo Libre o la ausencia de ciertos personajes y modos de juego, la base que ofrece es solida, rejugable y profundamente divertida.
Para fans de toda la vida y nuevos jugadores, este Mario Kart es una compra obligada. Y con actualizaciones futuras en el horizonte, solo puede ir a mejor.