Treinta años después de que Simon debutara con su capa morada y su actitud burlona (ha llovido desde 1993...), Smallthing Studios recupera la franquicia con una precuela que apunta maneras: Simon the Sorcerer Origins. Esta precuela opta por mantener el humor y la personalidad de siempre, pero ajustando el ritmo, los controles y el apartado visual para un publico más actual. Vamos a ver si lo han conseguido.
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Nos encontramos con un Simon que todavía no domina ni su carácter ni la magia. Un chaval algo ingenuo que parece destinado a acabar castigado antes que a salvar el mundo. Su accidental llegada a un reino fantástico abre la puerta a un desfile de criaturas parlanchinas, magos y un Sordid que aquí ejerce más de ambicioso profesor que de villano consagrado. El humor continúa siendo totalmente británico y nos encontramos con constantes pullas al jugador, referencias a la cultura pop y diálogos con alto nivel de sarcasmo.
La estética cartoon, con fondos dibujados totalmente a mano, recuerda a la época dorada de las aventuras gráficas pero sin estancarse en el pixel nostálgico. Es un cambio de estilo que quizá descoloque a los más puristas, aunque lo cierto es que funciona: el mundo se siente vivo y es lo que importa. Y sí, Chris Barrie vuelve a poner la voz al protagonista, aportando ese tono socarrón que tantos identifican con el Simon de los 90.
En lo jugable, Origins abraza el esquema clásico del point and click, aunque prescinde de algunos de sus antiguos elementos. Se acabó el pixel-hunting forzado: ahora basta con revelar puntos interactivos o alternar entre ellos con los gatillos del mando. El inventario es manejable, los hechizos se integran de forma natural en la resolución de puzles y el movimiento directo del personaje con stick ayuda a que los recién llegados no tengan la sensación de estar jugando algo anticuado. Es cierto que la lógica de algunos rompecabezas sigue siendo menos lógica de lo deseable, pero al menos no se cae en el caos de combinaciones sin sentido tan habitual hace décadas.
Aun así, hay momentos que se sienten algo bruscos. El juego no siempre da pistas cuando más falta hacen, y un par de secuencias clave exigen demasiada atención a comentarios que se mencionan casi de pasada. El resultado es una dificultad irregular que puede romper el ritmo a quienes no quieran revisar escenarios de arriba abajo. Aun así, cuando Simon encaja las piezas, la sensación de progresión es satisfactoria y muy fiel al género.
Quizá lo más sorprendente es el tono general: sigue habiendo chistes, guiños y rupturas de la cuarta pared, pero también un intento más serio de contar por qué Simon es como es y cómo se forja la rivalidad con Sordid. Puede que no sea exactamente el Simon que recordabas, pero sí uno que encaja bien en 2025.
Simon the Sorcerer Origins es, en definitiva, un regreso que mezcla respeto y renovación. No todo funciona igual de bien, y algunos puzles piden a gritos pistas más claras, pero el resultado final ofrece una aventura fresca, divertida y muy consciente de su legado. Una aventura agradable que no necesita de demasiada nostalgia para enganchar.
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Lo mejor:
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Gran estilo artístico
▲ Humor británico bien medido y excelente doblaje de Chris Barrie
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Interfaz moderna que suaviza el clásico point and click
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Lo peor:
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Dificultad irregular con puzles algo crípticos
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Ritmo irregular en varios capítulos
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El equilibrio entre humor y tono más serio no siempre funciona
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| 82 /100 | |
*Este análisis se ha realizado gracias a un código de descarga para Nintendo Switch 2 que nos ha proporcionado ININ Games.



