Ponte en la piel de G-04, un soldado de élite con la misión de salvar la Tierra de la organización New World, que planea desatar el caos a través de cinco monolitos robados capaces de liberar un poder devastador.
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Extinction Rifts apuesta por la sencillez en todos sus apartados. Se trata de un shooter en primera persona que, por su estética, evoca a los clásicos de Nintendo 64, mientras que en lo jugable toma inspiración de títulos como Doom, combinando acción frenética, plataformas y exploración en busca de secretos.
Al comenzar un nivel podemos elegir entre diferentes armas, que se desbloquean cumpliendo objetivos como obtener rango A o descubrir todos los secretos de una fase. El arsenal es variado: desde pistolas y escopetas hasta ametralladoras y fusiles, todos con munición infinita para no frenar el ritmo. A esto se suman armas secundarias como granadas explosivas o artilugios que hacen levitar a los enemigos.
La premisa es directa: destruir los cinco monolitos. Cada nivel culmina con uno, pero no basta con dispararles sin más. El juego introduce un sistema de combos: cuantos más aciertos encadenemos, más subirá el marcador, y al superar 50 puntos, nuestro poder de ataque se incrementará de forma notable (con niveles aún más altos disponibles). Aunque no es obligatorio destruir los monolitos para avanzar, hacerlo es necesario para acceder al final verdadero.
El diseño de niveles resulta variado y creativo. Unos nos llevan a infiltrarnos en bases militares, otros a sortear precipicios sobre ríos o a superar trampas y mecanismos que abren nuevas rutas. Cada escenario propone un reto distinto, evitando la monotonía.
En el lado opuesto, los enemigos no gozan de tanta variedad. A lo largo de la aventura veremos repetir soldados armados y desarmados, torretas y arañas explosivas, estas últimas especialmente letales a corta distancia.
Visualmente, Extinction Rifts tiene un atractivo retro que gustará a los jugadores veteranos. La banda sonora acompaña con ritmos pegadizos y energéticos, aunque se echa en falta mayor dinamismo: cada nivel solo cuenta con una pista que se repite de principio a fin.
Uno de los grandes problemas del título es el control de la cámara. No parece haberse adaptado con acierto al mando de Nintendo Switch (ni tampoco a las opciones de Switch 2), desaprovechando funcionalidades que podrían mejorar mucho la experiencia. La cámara es lenta y, aunque existe la opción de subir la sensibilidad, al hacerlo se pierde precisión. El sistema de autoapuntado tampoco resuelve la situación, resultando prácticamente inútil en la práctica.
Otro punto negativo es la iluminación. Algunos niveles cuentan con zonas excesivamente oscuras y no existe opción de ajustar el brillo, lo que provoca momentos de confusión al quedar la pantalla prácticamente en negro.
En definitiva, Extinction Rifts es un título entretenido para sesiones cortas y puede tener cierto atractivo para quienes disfruten de speedruns. Sin embargo, sus problemas de control empañan una propuesta que podría haber brillado como un homenaje fluido a los primeros shooters 3D. Con un precio reducido puede resultar interesante, aunque un modo multijugador habría aumentado considerablemente su valor.
